Falsificación por imitación con práctica reiterada:
Ya se ha hablado de la falsificación por imitación, así como de los intentos de su autor por parecerse cada vez más a quién haya elegido como destinatario de su trabajo fraudulento. La única diferencia en este caso, consiste en que quién imita no solo copia o reproduce caracteres, sino que intensifica la práctica de tal manera que llega a asumir la personalidad gráfica de su oponente.
Cabe señalar que esta modalidad es, sin duda, la mas peligrosa y difícil de reconocer con que el perito se puede tropezar. Ya que el falsario se habrá munido de numerosos documentos auténticos, estudiándolos exhaustivamente, reproduciendo con maestría, e imitando hasta los mínimos detalles gráficos del autor original. Por intermedio de una práctica intensiva se puede llegar a convertir en quien pretende imitar, ganando en velocidad, lo cual es casi sinónimo de autenticidad. Claro está, que aunque la imitación pueda ser buena, nunca será idéntica, ya que la personalidad gráfica del imitado jamás podrá ser reproducida exactamente igual, aun con el mayor de los esfuerzos. Estos casos exigirán del experto una agudeza y una atención superior, a fin de no caer en el vicio de reconocer como auténtica una escritura falsa.
De todos modos, el falsificador dedicará tanto trabajo a disfrazar copiando, que de alguna manera anulará sus propios caracteres. Logrando que los rasgos imitados sean casi perfectos, pero no obstante ello el perito centrará su labor pericial en detectar peculiaridades que identifiquen la verdadera escritura del imitador, valiéndose de un cuerpo de escritura, para descubrir la personalidad oculta, que se halla dentro del documento dubitado.
Falsificación a mano guiada:
Guiar la mano significa ayudar a otra persona a escribir, completando un texto, y por supuesto a firmarlo que es lo mas importante. Esta modalidad puede no representar una falsificación mal intencionado. Como por ejemplo, la actitud de quién ayuda a un enfermo, que hallándose postrado solicita ayuda a un familiar, para que de esta manera conjunta puedan confeccionar un documento. Todo esto debido, a que el enfermo no lo puede realizar por sus propios medios.
Como es de prever, esta situación puede desencadenar en una serie de hechos que estarán de acuerdo con el documento y su repercusión en el futuro. Implicando responsabilidad especial para la persona que haya colaborado en su ejecución.
En consecuencia, una cosa será la voluntad de llevar a cabo un testamento, por ejemplo, y otra muy distinta utilizar este medio, forzando la situación a favor de quién “guía” la mano. Sin embargo en el caso de que la mano guiada, hubiera sido forzada o inducida, ello constituirá un hecho que se notará en los trazos, circunstancia esta que será detectada por el experto.
http://asecrimf.blogcindario.com/2011/04/00016-documentologia-y-tipo-de-falsificaciones.html
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